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La Torre de Belém se encuentra en la ciudad de Lisboa, Portugal, en el sur de Europa.
Este monumento fue erigido con la finalidad de servir tanto de puerta de entrada a la ciudad de Lisboa como de sistema de defensa frente a posibles invasiones y ataques desde el Tajo.
Esta muralla era un punto estratégico protegiendo también al Monasterio de los Jerónimos, que eran puntos estratégicos para invadir la ciudad.
El rey Juan II de Portugal (1455-1495), está en el origen de este edificio, así como las fortalezas de Cascais y São Sebastião da Caparica.
Las costas de Belém alguna vez estuvieron protegidas por un barco, el Grande Nau. Esta fue sustituida por la Torre de Belém unos años más tarde durante los últimos cinco años del reinado del rey Manuel I de Portugal.
La torre fue construida entre los años 1515 y 1521 por el arquitecto militar Francisco de Arruda, quien ya fue autor de varias fortalezas erigidas en Marruecos, en tierras propiedad de los portugueses. La influencia del arte morisco es evidente en las delicadas decoraciones de las ventanas y balcones en arco, así como en las cúpulas estriadas de las torres de vigilancia. Es probable que en la decoración del edificio también haya participado Diogo de Boitaca, el primer arquitecto del Monasterio de los Jerónimos. Las almenas y almenas están decoradas con una rica ornamentación escultórica, típica del estilo manuelino.
En 1580, cuando Lisboa fue invadida por las tropas españolas para la lucha por el trono portugués, la torre fue cedida al duque de Alba, Fernando Álvaro de Toledo. Durante los siglos siguientes, la torre se utilizó principalmente como prisión, cuyas celdas subterráneas se inundaban periódicamente. Debido a su altura y su falta de ocultamiento en el paisaje, algunos historiadores creen que la torre debe haber servido principalmente como puesto de avanzada.
La torre, construida sobre un pequeño islote cercano a la orilla del Tajo, ha ido acercándose a la orilla norte con el paso del tiempo. Algunas guías afirman que la torre estaba en el centro del Tajo y que el terremoto de 1755 cambió su curso, acercando la torre a la orilla; sin embargo, esta versión nunca ha sido confirmada.
En la década de 1840, bajo el impulso de la escritora Almeida Garrett, la torre de Belém fue restaurada por el rey Fernando II de Portugal. Al mismo tiempo, se añadieron al edificio elementos decorativos neomanuelinos.
El edificio fue declarado monumento nacional en 1910.
La torre fue construida entre los años 1515 y 1521 por el arquitecto militar Francisco de Arruda, quien ya fue autor de varias fortalezas erigidas en Marruecos, en tierras propiedad de los portugueses. La influencia del arte morisco es evidente en las delicadas decoraciones de las ventanas y balcones en arco, así como en las cúpulas estriadas de las torres de vigilancia. Es probable que en la decoración del edificio también haya participado Diogo de Boitaca, el primer arquitecto del Monasterio de los Jerónimos. Las almenas y almenas están decoradas con una rica ornamentación escultórica, típica del estilo manuelino.
En 1580, cuando Lisboa fue invadida por las tropas españolas para la lucha por el trono portugués, la torre fue cedida al duque de Alba, Fernando Álvaro de Toledo. Durante los siglos siguientes, la torre se utilizó principalmente como prisión, cuyas celdas subterráneas se inundaban periódicamente. Debido a su altura y su falta de ocultamiento en el paisaje, algunos historiadores creen que la torre debe haber servido principalmente como puesto de avanzada.
La torre, construida sobre un pequeño islote cercano a la orilla del Tajo, ha ido acercándose a la orilla norte con el paso del tiempo. Algunas guías afirman que la torre estaba en el centro del Tajo y que el terremoto de 1755 cambió su curso, acercando la torre a la orilla; sin embargo, esta versión nunca ha sido confirmada.
En la década de 1840, bajo el impulso de la escritora Almeida Garrett, la torre de Belém fue restaurada por el rey Fernando II de Portugal. Al mismo tiempo, se añadieron al edificio elementos decorativos neomanuelinos.
El edificio fue declarado monumento nacional en 1910.
La Torre de Belém está considerada como una de las principales obras del estilo manuelino, en particular gracias a sus numerosos motivos típicos como la esfera armilar (símbolo de Manuel I), la cruz de la orden de Cristo (a la que Manuel I pertenecía) o elaboradas bóvedas de crucería. No obstante, ciertos ornamentos de la torre datan de su restauración, a mediados del siglo XIX, como los escudos con la cruz de la orden militar de Cristo, que decoran las almenas así como el claustro pequeño. Las decoraciones más elaboradas miran al Tajo.
El baluarte tiene una sala abovedada, la casamata, con aberturas en los muros de 3,5 m de espesor para los 17 cañones de recámara de gran calibre. El techo abierto en el centro de la casamata facilitaba la dispersión del humo generado por el uso de estos cañones. La plataforma de bastión también podría servir como posición para armas de menor calibre.
La Torre de Belém fue la primera fortificación portuguesa con dos pisos de puestos de tiro, marcando una nueva evolución en la arquitectura militar. Las esquinas de esta plataforma, así como la parte superior de la torre, están provistas de torres vigías coronadas por cúpulas que recuerdan al arte morisco. La base de las torres de vigilancia presenta imágenes de animales salvajes, incluido un rinoceronte que se considera la primera escultura de este animal en el arte de Europa occidental. Este rinoceronte fue probablemente uno de los que Manuel I envió al Papa en 1515. La plataforma también presenta, frente a la torre, una estatua de la Virgen y el Niño de Belém.
La entrada a la torre se realiza a través de un pórtico decorado con varios motivos manuelinos, incluida la esfera armilar. Toda la torre está decorada con cuerdas torcidas talladas en piedra, que incluso forman un nudo en la fachada norte del edificio. La torre está coronada por estatuas de San Vicente y San Miguel Arcángel, y tiene varias ventanas arqueadas. La logia cubierta de estilo renacentista recorre toda la cara sur del primer piso de la torre, dando un toque veneciano a la arquitectura del edificio. Los numerosos escudos que decoran las almenas son de estilo neomanuelino.
La torre, de 35 metros de altura, tiene tres pisos y una terraza que ofrece una vista del paisaje circundante. La pólvora se guardaba a nivel del mar.El acceso a las plantas superiores se realiza a través de una escalera de caracol. En el primer piso estaban los aposentos del comendador y en el cuarto piso ocupaba una capilla, cuya decoración retomaba la cruz de la orden de Cristo y la esfera armilar.
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